Esta semana en el curso de tarot avanzado que comencé en octubre, estamos aprendiendo en mayor profundidad acerca de los elementos. Me refiero a fuego, agua, aire y tierra. Estudiar sus características y cómo se comportan entre ellos nos ayuda conocernos mucho más y entender nuestras reacciones, dificultades y cómo equilibrar lo que nos hace falta.
Es información esencial y muy útil, por eso pensé que te puede ayudar conocer un poco más y quiero proponerte un ejercicio en este post, para que descubras en ti qué elemento necesitas activar en este momento.
Las propiedades de cada elemento
– Fuego: Representa nuestra energía vital y pasión; es lo que nos mueve y el movimiento, es energía activa y por tanto masculina; nos permite emprender proyectos, actuar y sobreponernos a las dificultades que encontramos en el camino porque se expresa como nuestra fortaleza interior. Es fuerza de voluntad, autoridad y liderazgo.
– Agua: Representa nuestras emociones, el inconsciente y nuestra intuición. También la podemos identificar con todo lo vincular/afectivo y se expresa en su forma más alta como amor incondicional, compasión y aceptación por nosotros mismos y los demás. Es un elemento femenino y por tanto, de naturaleza receptiva.
– Aire: Representa el mundo de las ideas, lo racional, la lógica y las comunicaciones. Nos otorga cualidades como la determinación, la ambición, la objetividad y capacidad resolutiva. Es desapegado emocionalmente, por lo que muchas veces puede ser duro con sus palabras, y caer en juicios y críticas hirientes. Nos permite visualizar lo que deseamos y dirigir a través de nuestra intención la energía para manifestar lo que deseamos. El aire es masculino y activo.
– Tierra: Es la manifestación tangible de la energía; la podemos identificar con todo lo material, incluyendo nuestro cuerpo. Este elemento aporta a nuestro carácter disciplina, método y constancia para construir nuestros objetivos. Entiende los ciclos de manifestación, asi que nos ayuda en los estados de gestación, crecimiento y maduración de todas las cosas, y a tener la paciencia suficiente para ver los resultados manifestados. La tierra es femenina y receptiva.
Ahora que ya repasamos las características de cada elemento, quiero que te observes e identifiques en ti la energía de estos cuatro elementos. Si te gusta algo de astrología, te puede ser más fácil descubrirlo asociándolo a tu signo solar, aunque el signo lunar y ascendente también nos va a mostrar mucho de tu personalidad:
FUEGO –> Aries, Leo y Sagitario
AGUA –> Cáncer, Escorpión y Piscis
AIRE –> Géminis, Libra y Acuario
TIERRA –> Tauro, Virgo y Capricornio.
El hecho de que nuestro signo sea de aire por ejemplo, nos aportará características específicas que pueden expresarse como virtudes o como desafíos, pero esto no quiere decir que sólo los signos de aire presenten características del elemento aire; esto es sólo una guía de referencia, porque algo que debemos saber es que todos tenemos presentes en nosotros las cuatro energías y su presencia o debilidad, dependerá de cada momento, de las experiencias que estemos viviendo y cómo nos hacemos conscientes de ellas para equilibrarlas en nosotros (hacia allá apuntamos).
Entonces para reconocer en ti qué energía estás expresando de manera predominante en este momento, te doy ejemplos:
– Cuando te expresas de manera predominante con energía de fuego, estás haciendo todo el día, de un lado para otro, asumiendo compromisos como un desafío o para demostrar que te la puedes, que gestionas, que tienes tu agenda llena y alcanzas a llegar a todas partes. Te gusta tomar nuevas ideas y todo te entusiasma, a veces mucho; disfrutas de la vida social y te encanta ser extrovertida/o. Si estás expresándote desde tu energía fuego en exceso, puede ser que de manera regular tengas discusiones, malos entendidos e incluso que te conozcan por tus reacciones explosivas, aunque se te pase al rato después.
– Cuando estás más conectada/o con el agua, te sientes muy sensible, todo te afecta mucho, lo bueno y lo malo, y tus días parecen montañas rusas de emociones. Te dan ganas de llorar tanto cuando discutes con tu pareja como cuando tu jefe te presiona, y puede ser que te hagas cargo de lo que sienten las demás personas también. Necesitas sentir que los demás te quieren y que te traten con cuidado, y puedes caer en la manipulación emocional para conseguir lo que deseas (activo/pasiva). Siempre escuchas a los demás, te cuentan sus problemas y te afectas con lo que les ocurre. Puede ser que te cueste iniciar cosas y que tu pasividad muchas veces caiga en apatía o en peores casos, en depresión.
– Cuando te expresas desde el aire, todo es ideas, pensar, estudiar, argumentar, desarrollar nuevos razonamientos; te encantan las reuniones con amigos o compañeros de trabajo en las cuales conversan largas horas, exponiendo sus puntos de vista y arreglando el mundo, desde la mente. Si no tienes un ritmo tan agitado, probablemente te gustará mucho meditar, estar a solas en estados contemplativos y escribir en tu diario.
– Si predomina en ti el elemento tierra, serás constante y metódica/o, de sentido práctico, estudiosa/o y detallista. Puede que algunos se sientan (ofendan) porque no es común que expreses tus emociones, entonces puede ocurrir que te reclamen que eres fría/o, inexpresivo o insensible. La verdad es que tu naturaleza es pragmática, pero eso no quiere decir que no tengas emociones. Te gusta hacerte cargo de entregar soluciones a los problemas y satisfacer las necesidades de los demás, y te gusta mucho trabajar y ver resultados tangibles/concretos de todo el esfuerzo que le pones, que es mucho.
¿Qué tienes que trabajar para equilibrar estas energías en ti?
Este trabajo es constante y de toda la vida. Sin embargo, podemos identificar alguna situación en particular para atajar ahora. Primero descubrimos el desequilibrio:
– Si tu energía fuego está en exceso, puede ser que te cueste encontrar momentos para descansar, que estés reaccionando de manera agresiva, con muchos conflictos o que estén metida/o en muchos proyectos sin sentir que realmente estén avanzando.
– Si tu energía agua está manifestándose en exceso, puede ser que te sientas apática/o, muy desequilibrada/o emocionalmente, deprimida/o y que no seas capaz de tomar iniciativa para nada, ni siquiera para lo que se supone que te interesa porque probablemente a estas alturas, ya no sientas el interés.
– Si tu energía aire está en exceso, pasas muchas horas pensando, imaginando, soñando, planeando, estudiando, leyendo, pero nada de eso que está en tu cabeza se manifiesta en tu realidad. Otra manera de ver el desequilibrio, puede ser que en tus relaciones estés teniendo problemas por mostrarte intolerante (críticar) y lleves algún tiempo pensando que la mayoría de las personas son mediocres, desconsiderados o flojos (puro juicio). Ah! Y si lo que más haces es hablar de los demás, también estás en desequilibrio aqui.
– Si tu energía tierra está en exceso, puedes sentirte muy apegada/o a lo material, preocupada/o en exceso por cuestiones de dinero o gastando sin control, y muy rígida/o en tus posturas, con gran dificultad para moverte, ser flexible e innovador/a. También puedes caer en estar desconectada/o de tus emociones, lo que en el mediano y largo plazo, somatiza en el cuerpo.
¿Cómo puedes lograr equilibrio?
Una vez que ya identificamos la energía en exceso, buscamos entonces qué otra energía nos ayudará a compensar esta situación. No todas las energías se relacionan igual y a veces, para pasar de una a la otra, debemos usar una tercera energía como puente.
– Para equilibrar el fuego, podemos utilizar aire o tierra (puedes ver las características de cada elemento en la primera parte y reflexionar cómo te ayudaría). Por ejemplo, si mi fuego está desbordado por la reactividad, aplico aire (cabeza, objetividad, diplomacia) para controlar mi ira. Si todo me entusiasma pero no avanzo con nada, aplico tierra que me ayudará con constancia y paciencia, a continuar con cada emprendimiento hasta terminarlo.
– Para equilibrar el agua, podemos utilizar tierra o aire. La tierra aporta pragmatismo (le quita drama a las situaciones) y el aire lo desapegado de las emociones, permitiendo también una percepción más objetiva y permite poner límites con los demás, cuando tenemos relaciones muy simbióticas.
– Para equilibrar el aire, aplicamos fuego o agua. El fuego nos ayudará a tomar acción para ejecutar las ideas que tenemos y no quedarnos sólo imaginando lo que deseamos, sino comenzar a construirlo, y el agua ablanda nuestro corazón y nos ayuda a no expresarnos de manera tan fría con quienes amamos (la compasión aplaca el juicio del aire).
– Para equilibrar la tierra, aplicamos fuego o agua. El fuego nos ayudará a tener iniciativa, expansión y ser flexibles, y el agua nos ayudará a conectar con nuestras emociones para integrarlas en nuestra experiencia.
Espero que este post te ayude a conocerte un poco más y poder ahora hacer el trabajo personal que necesitas para ganar balance en tu vida y sobreponerte a lo que sea necesario en este momento.
Con cariño,
Francisca Jara
Tarotista profesional
Gracias infinitas por el profundo Amor y entrega que colocas siempre para compartir Tú hermoso pero tambien difícil proceso de crecimiento personal y espiritual y ademas tener la capacidad de compartirlo especialmente para los que tambien estamos en el desarrollo y redescubrimiento de nuestros procesos y que personalmente este último ha sido dolorosamente largo y por momento paralizante,quizás por estar en otras etápas de la vida por ser más grande en edad que Tú mi querida Francisca y estar viviendo el cierre de algunos ciclos y por mismo el cuestionamiento de muchas etápas y desiciones y por que no decir la incomprención y desapego de algún ser amado; me han ayudado mucho tus escritos, vivencias y reflexiones, solo espero la oportunidad de viajar y verte para así encontrar algunas respuestas.
Siempre pienso y deseo lo mejor para Tí Querida Niña y me refiero así por Cariño porque podría ser (Tú Madre ) por mi edad y por supuesto con la distancia correspondiente.
Que Jesús y la Mater te Bendigan,Protejan y guíen cada uno de Tus propios procesos y proyectos.
Anita! Muchísimas gracias a ti por tu cariño al compartir tus pensamientos, emociones y experiencias. Gracias también por tus bendiciones y deseo que se te multipliquen! Que puedas cerrar tus ciclos y hacer tus procesos con mucha fe y fortaleza en tu corazón. Un abrazo grande!